Avestruz
El avestruz es un ser adaptado a la supervivencia en un entorno tan hostil como la sabana africana. Su enorme tamaño no es solo para intimidar, sino que también oculta una formidable resistencia física y una velocidad vertiginosa que puede alcanzar los 70 km/h durante sprints, lo que le coloca en la privilegiada lista de los animales terrestres más rápidos.
Su cuerpo esbelto, coronado por un cuello largo y delgado y una pequeña cabeza, presenta un plumaje suave de color marrón o gris, variando según el género, cuya función trasciende la mera estética. En efecto, las plumas le proveen un aislante térmico que le protege del abrasador calor africano.
Al igual que sus poderosas piernas, su vista es otro asombroso rasgo adaptativo. Con unos ojos enormes que rivalizan en tamaño con su cerebro, el avestruz posee un agudo sentido de alerta contra depredadores.
La alimentación de este gigante de la sabana es omnívora. Desde pastos, frutas, flores hasta pequeños reptiles e insectos, su dieta es tan diversa como el continente que habita. En su estómago albergan piedras pequeñas que ayudan a triturar la comida, compensando su falta de dientes.
El avestruz es una criatura de hábitos sociales, viviendo en grupos de hasta 50 integrantes en épocas de migración. Los nidos son compartidos, y en ellos la hembra principal y las subordinadas depositan sus huevos, que serán incubados por la hembra al anochecer y por el macho durante el día.
Pese a su aspecto cómico para el ojo humano, el avestruz es una perfecta muestra de adaptación evolutiva y supervivencia, una titánica ave que desafía la dura vida de la sabana con elegancia y fortaleza.
