El caballito de mar es una especie marina verdaderamente fascinante. Este extraordinario habitante del océano, pertenece a la familia de los hipocámidos, y es fácilmente reconocible por su peculiar apariencia. Su cuerpo es delgado y alargado, y cabe destacar su singular cabeza, que recuerda a la de un caballo. Un espectáculo para la vista, sus cuerpos crecen hasta unos 30 centímetros y exhiben un espectro vibrante de colores que van desde el naranja al verde, pasando por el amarillo, rojo, púrpura, negro y gris.

Ubicados en las aguas cálidas del océano Indy-Pacífico, el caballito de mar se adentra también en las aguas templadas y es posible encontrarlo cerca de las costas de España. Los encontramos a menudo en matorrales marinos, manglares y arrecifes de coral, donde se camuflan hábilmente para evitar a los depredadores y para cazar sus presas.

Son animales monógamos que forman parejas para toda la vida y comparten un baile de cortejo cuando la hembra está lista para la reproducción. En un giro sorprendente de los roles tradicionales de género, es el macho el que lleva las crías. Este inusual sistema de crianza comienza cuando la hembra deposita sus huevos en la bolsa ventral del macho. Él fertiliza y cuida los huevos, incubándolos hasta su eclosión.

El caballito de mar es indudablemente una criatura asombrosa, pero en la actualidad, se enfrenta a serios desafíos. La demanda de caballitos de mar para uso en la medicina tradicional china, así como para la venta en tiendas de mascotas, han mermado sus poblaciones. Además, la destrucción del hábitat marino ha perjudicado aún más su capacidad de supervivencia. Sin embargo, gracias a los esfuerzos de conservación y la creciente conciencia pública, hay esperanza para estos singulares seres marinos. Al preservar la belleza y la diversidad de los océanos, también salvaguardamos el futuro de criaturas asombrosas como el caballito de mar.