La cobaya (Cavia porcellus), también conocida como conejillo de Indias, es un pequeño roedor doméstico originario de Sudamérica, específicamente de las regiones andinas. Su tamaño compacto, su comportamiento dócil y su aspecto adorable la han convertido en una de las mascotas más populares en todo el mundo. Aunque no son nativas de los países donde se crían como mascotas, su domesticación se remonta a varios siglos atrás en las culturas indígenas sudamericanas, que las mantenían como animales de compañía y fuente de alimento.

Las cobayas tienen un cuerpo robusto y cilíndrico, con patas cortas y sin cola visible. Sus ojos grandes y redondos, junto con sus orejas pequeñas, les dan una apariencia entrañable. Pesan alrededor de 700 a 1.200 gramos y suelen medir entre 20 y 30 centímetros de largo. Existen varias razas de cobayas, que se diferencian principalmente por el tipo de pelaje, que puede ser corto, largo o incluso rizado.

En cuanto a su comportamiento, las cobayas son animales muy sociales y prefieren la compañía de otros de su especie. Son bastante vocales y emiten una variedad de sonidos para comunicarse, como silbidos, gruñidos y chirridos, que reflejan su estado de ánimo o necesidades. A diferencia de otros roedores, no son animales que escalen o salten, lo que las hace ideales para personas que buscan una mascota tranquila y fácil de manejar.

Las cobayas son herbívoras y su dieta se basa en el heno, que es esencial para su digestión, así como en vegetales frescos y pequeñas cantidades de frutas. También necesitan vitamina C en su alimentación, ya que, al igual que los humanos, no pueden sintetizarla por sí mismas.

Estas criaturas son apreciadas no solo como mascotas, sino también por su uso en estudios científicos debido a su carácter dócil y su fisiología particular.