En el vasto reino de la Naturaleza, el escorpión es una criatura que siempre ha atraído la atención por su misteriosa y letal belleza. Su historia se remonta a más de 400 millones de años y en ella se esconden historias de supervivencia en los ambientes más hostiles del planeta.

El escorpión es un invertebrado perteneciente a la familia de los arácnidos. De cuerpo segmentado y cubierto de una resistente cutícula, lo más icónico de este arácnido es, sin duda, su aguijón curvado que reposa en alto, casi retador, en la punta de su cola. Este aguijón no es solo una herramienta de caza, sino que es principalmente una defensa contra sus depredadores y dentro de él, almacena un potente veneno, tan peligroso en algunas especies que puede ser mortal para los humanos.

El escorpión es un depredador nato. Su dieta, principalmente insectívora, varía según su tamaño y el medio en el que habita. Rápidos y efectivos, sus pinzas delanteras le permiten atrapar a sus presas con precisión.

Si bien prefieren el calor y la oscuridad, estos arácnidos han sabido adaptarse a varios climas y paisajes, encontrándose desde los calurosos desiertos hasta las altas montañas. Algunos incluso han llegado a colonizar áreas urbanas, desafiando la cohabitación con los humanos.

El escorpión es una bestia solitaria, salvo en el tiempo de reproducción. En un cortejo a la vez peligroso y delicado, los machos seducen a las hembras en una danza nupcial que, si termina exitosamente, les permitirá asegurar la supervivencia de su descendencia.

Pese a lo temido que pueda ser, el escorpión es también un ser que despierta fascinación. Simbólicamente, es una criatura que representa la muerte, la resurrección y la pasión en diversas culturas alrededor del mundo. Un animal con un aura de misterio y poder, cuya presencia ilumina tanto la realidad como los confines de nuestra imaginación.