En las profundidades de los bosques tropicales de América del Sur, donde la luz del sol apenas se filtra a través del denso dosel de hojas, vive una criatura de hábitos excepcionales, la Gastrotheca marsupiata. Es una rana marsupial, sutilmente diferente a las otras ranas que puedas encontrar en tu jardín. Aunque en su mayoría verde brillante para mezclarse con el follaje y con ojos saltones, típicos de las ranas, la Gastrotheca marsupiata posee una característica que la hace muy peculiar: la bolsa de cría o marsupio que da nombre a su especie.

Las ranas marsupiales, como su nombre indica, carga con sus huevos en una pequeña bolsa situada en su espalda, similar a las crías de canguro en su marsupio. Este extraño y maravilloso ejemplo de evolución defiende sus huevos contra los posibles depredadores y las duras condiciones del entorno. A medida que los huevos eclosionan, la rana madre mantiene a salvo a sus renacuajos en el marsupio hasta que están lo suficientemente desarrollados para aventurarse en el mundo.

La Gastrotheca marsupiata, que habita principalmente los Andes colombianos, hasta llegar a Perú por el sur y Venezuela por el norte, se mueve con destreza entre los árboles gracias a sus patas fuertes y ágiles, alimentándose de pequeños insectos y arácnidos. Aunque su vida en solitario transcurra en silencio entre la vegetación, cuando un número suficiente de estas ranas se junta, su canto puede formar un coro fascinante que llena la noche.

Esta rana marsupial es también importante para los científicos como indicador de la salud del ecosistema. Sin embargo, su población está disminuyendo debido a la pérdida de hábitat causada por la deforestación. Una historia que lleva a reflexionar sobre lo delicado que es el equilibrio de la naturaleza y los innumerables misterios que siguen albergando las profundo de nuestros bosques.