Lindemans Apple
Tipo:
Lambic
País:
Bélgica
Bodega:
Brouwerij Lindemans
Graduación:
3.5%
Formato:
Botella de 25 cl.
De velado color oro viejo con reflejos ambarins, de carbónico extraordinariamente fino y de regular desprendimiento, forma una corona de espuma densa, compacta y muy cremosa, de algo más de un dedo de grosor.
La nariz es intensa y compleja. Aparecen olores de manzana asada, especiados (canela y vainilla), lácteos (yogurt), lo que invita a probarla de inmediato.
La boca es atractiva desde el primer trago por su acidez viva, carbónico tan escaso como fino, ligera a media sensación de dulzor y débilmente amarga. En conjunto, la boca tiene cuerpo, a pesar de su escasa concentración de alcohol. Tiene un magnífico equilibrio dulce-ácido. Los aromas de manzana reineta muy madura y granny smith, de sidra, destacan por encima de la notas de cereal crudo, que quedan muy ligeras detrás. El final de boca es largo por la acidez que deja un recuerdo muy agradable.
No vamos a descubrir el buen hacer de Lindemans, uno de los elaboradores de referencia en Lambic. Sus cervezas siempre invitan a desaprender lo que pensamos que debe ser una cerveza, abriéndonos a otras sensaciones que en este caso están en los límites de la sidra. Propongo tomarla no muy fría (12-14 grados), para acompañar una tarta tatín, un helado de vainilla, o unas torrijas. Una gozada.
La nariz es intensa y compleja. Aparecen olores de manzana asada, especiados (canela y vainilla), lácteos (yogurt), lo que invita a probarla de inmediato.
La boca es atractiva desde el primer trago por su acidez viva, carbónico tan escaso como fino, ligera a media sensación de dulzor y débilmente amarga. En conjunto, la boca tiene cuerpo, a pesar de su escasa concentración de alcohol. Tiene un magnífico equilibrio dulce-ácido. Los aromas de manzana reineta muy madura y granny smith, de sidra, destacan por encima de la notas de cereal crudo, que quedan muy ligeras detrás. El final de boca es largo por la acidez que deja un recuerdo muy agradable.
No vamos a descubrir el buen hacer de Lindemans, uno de los elaboradores de referencia en Lambic. Sus cervezas siempre invitan a desaprender lo que pensamos que debe ser una cerveza, abriéndonos a otras sensaciones que en este caso están en los límites de la sidra. Propongo tomarla no muy fría (12-14 grados), para acompañar una tarta tatín, un helado de vainilla, o unas torrijas. Una gozada.
