Mesopotamia

A la vista presenta un colora ambarino-terroso, turbio. Cuidado en su apertura que puede presentar &ldquo.gassing&rdquo., ese fastidioso y poco conocido fenómeno por el cual la cerveza sale con fuerza como si hubiese sido fuertemente agitada. La espuma es tan efímera como escasa, y el carbónico se ha perdido casi en su totalidad tras el episodio anterior.

En la nariz hay complejidad y limpieza. Olores que recuerdan al caramelo, a la malta, al lúpulo, y ecos terrosos, en intensidad media.

En la boca se muestra amplia, muy poco saturada, de amargos rápidamente presentes y persistentes en notable intensidad, alcohol bien integrado y buen cuerpo. Los aromas nos remontan a la nariz, destacando un lúpulo fragante e intenso, como corresponde a una Pale Ale (PA).

Salvando el problema de su incontinencia efervescente, estamos ante una cerveza con gran boca, tanto por su equilibrio como por su intensidad. Muy en el estilo de una PA convencional, participando de su atractivo amargo y excelente lupulado, aunque tiene un boca un poco más melosa y menos seca que esta.

Una armonía que me atrevo a proponer con esta cerveza es la que formará con platos de cordero guisado, como la caldereta típica extremeña o andaluza.