Oso Pardo Cantábrico
El Oso Pardo Cantábrico es una subespecie única del oso pardo, perfectamente adaptada a la topografía accidentada de las cordilleras cantábricas. Este poderoso animal, a menudo llamado "el pintor de los bosques", puede pasar desapercibido debido a su pelaje que oscila entre tonalidades de marrón y negro, un valioso camuflaje en su entorno boscoso.
Aunque es grande, con un peso que puede alcanzar hasta 200 kilos en los machos, es un animal sorprendentemente ágil y silencioso. Se mueve con gracia entre los arboles en busca de frutos, hojas, raíces e insectos, aunque también puede convertirse en un cazador cuando la ocasión lo requiere. Destaca en él su gran nariz, imprescindible para detectar alimentos a larga distancia. Y aunque su vista es comparable a la nuestra, su sentido del olfato es incomparable.
Es un animal solitario, y cada uno tiene su propio territorio, que se extiende a lo largo de decenas de kilómetros. La única excepción, es durante la época de apareamiento en la primavera y cuando las madres crían a sus oseznos.
El Oso Pardo Cantábrico, es un superviviente nato. Hubo una época en que estuvo al borde de la extinción, acosado por la caza y la perdida de su hábitat natural. A fortunadamente, gracias a las medidas de conservación, su población está en lenta, pero firme recuperación.
El Oso Pardo Cantábrico, a pesar de su apariencia robusta y atemorizante, es un animal tranquilo y reservado. Prefiere mantenerse alejado de los humanos, pero aún así, quien tenga la suerte de avistar a uno, nunca olvidará la impresionante silueta del oso contra el cielo cantábrico, un emblema viviente del espíritu de la región.
