
Fisher Price en los años 80 fue el encargado de que los más pequeños de la casa se sintieran un poco más mayores. Creaba objetos cotidianos en juguetes para que, jugando, los niños aprendieran y se divirtieran con artículos exclusivos para ellos. Uno de los casos más conocidos fue la Radio de Fisher Price. Se podía sintonizar FM y AM, disponía de altavoces y un micrófono para poder grabar lo que se quisiera.